Cuando Dios Nos Pide Esperar: Lecciones del Salmo 40
¿Alguna vez te has encontrado en lo que parece ser un pozo sin salida? Esta semana, mientras leía mi devocional diario, me encontré con un versículo que me hizo detenerme y reflexionar profundamente:
“Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.” (Salmos 40:1-3)
Me llamó tanto la atención esta idea de “esperar pacientemente” que decidí sumergirme en un estudio más profundo del Salmo 40. Lo que descubrí me sorprendió y creo que te será de gran ayuda.
Un Salmo de Dos Pozos
Lo fascinante de este salmo es que está dividido en dos partes muy diferentes. En la primera mitad (versículos 1-10), encontramos a David alabando a Dios por haberlo sacado de un pozo. Pero, ¡sorpresa! En la segunda mitad (versículos 11-17), ¡está en otro pozo pidiendo ayuda nuevamente!
¿No te parece que así es nuestra vida a veces? Apenas salimos de una prueba y ya estamos enfrentando otra. Pero hay algo hermoso aquí: David aprendió de su primera experiencia cómo esperar en Dios durante la segunda.
¿Qué es un “Pozo” en Nuestra Vida?
Cuando David habla de un “pozo de desesperación” y “lodo cenagoso”, no está siendo literal. Me puse a pensar en cómo sería estar en un pozo así: oscuro, húmedo, frío, sin suelo firme, donde cada movimiento podría hundirte más… ¿Te suena familiar?
En nuestra vida, un “pozo” podría ser:
– Una enfermedad que no mejora
– Una situación económica difícil
– Problemas en el matrimonio
– Cualquier situación que ponga nuestra paz al límite
7 Claves para Esperar Pacientemente en Dios
1. La Espera Paciente es Activa, no Pasiva
¿Sabes qué me sorprendió? En el versículo 1 la frase “pacientemente esperé” está conjugada en tiempo pasado, o sea que es una actividad que se hizo. David tomó acción, de manera intencional el decidió esperar y confiar en el Señor. La NVI lo traduce como “puse en el Señor toda mi esperanza”. Es una decisión consciente.
2. Clamar Sin Cesar
Les confieso algo: a veces me da pena pedirle a Dios lo mismo todos los días. ¿Les ha pasado? Hasta he usado versículos para justificarme: “Él ya sabe lo que necesito”, “el Espíritu intercede por mí”… Detrás de esas excusas lo que hay es una mala actitud, no es Dios que se cansa, sino nosotros, porque queremos que las cosas sucedan en nuestro tiempo y no en el de Dios. Pero David nos enseña que está bien seguir clamando.
3. Confiar Solo en Él
“Cuán bienaventurado es el varón que ha puesto en el Señor su confianza” (v.4). ¡Qué tentador es buscar nuestras propias soluciones cuando estamos en el pozo! Muchas veces el primer instinto es empezar a buscar soluciones y salidas, incluso si eso significa comprometer nuestra fe y pensar que por nuestro propio ingenio y esfuerzo saldremos solos del pozo. Pero David nos recuerda que la confianza debe estar solo en Dios. Debemos tener siempre presente que el fin de toda prueba es que el Señor sea glorificado. David dijo en el versículo 3 que debido a que el esperó en el Señor y el Señor le respondió, otros también llegarán a confiar.
4. Recordar Sus Maravillas
En el versículo 5, David hace algo brillante: en medio de su prueba, se pone a contar las maravillas de Dios. Estar en un pozo nos da tiempo para pensar, lo importante es pensar en las cosas correctas, en cosas positivas, en lugar de pensar que Dios se ha olvidado de nosotros, David nos dice que pensemos en sus muchas maravillas. ¿Cuántos pozos anteriores recuerdas de los que Dios te ha sacado? Piensa y medita en sus maravillas.
5. Seguir Obedeciendo
En los versículos 6-8 Aquí David hizo referencia a lo que el profeta Samuel le dijo al rey Saúl años antes cuando el Señor le ordenó matar a todos los amalecitas y todos su animales y dejó vivo al rey Agag y tomó animales para sacrificar a Dios: He aquí, el obedecer es mejor que el sacrificio, y el prestar atención que la grasa de los carneros. No es fácil obedecer cuando estamos en el pozo, ¿verdad? Pero es justamente entonces cuando más importante es.
6. Buscar Su Rostro
El versículo 16 nos da una clave preciosa: usar ese tiempo en el pozo para conocer más a Dios. No solo buscarlo para que nos saque del problema, sino para conocer su corazón. Mientras estamos en el pozo aprovechemos el tiempo para estechar nuestra relación con Dios, para conocerle, para estudiar su Palabra, para hablar mas con El. Esto va a garantizar que no nos olvidemos de Dios después que salgamos del pozo y en una próxima ocasión podre esperar pacientemente en su respuesta.
7. Gozarnos en Él
David nos enseña que el gozo no está en la liberación, sino en el Libertador. ¿No es hermoso? Podemos gozarnos en Dios incluso antes de ver la respuesta. Enaltezcamos a Dios en cada aspecto de nuestra vida, no solo en la aflicción y gocémonos en todo lo que Él es y en todo lo que Él hace por nosotros.
Un Recordatorio Final
Mientras escribo esto, no puedo dejar de pensar en Jesús. Él también estuvo en su propio “pozo de desesperación” en Getsemaní. Clamó al Padre y esperó pacientemente el cumplimiento de Su voluntad. Y lo hizo por amor a nosotros.
Así que, querido amigo, si hoy te encuentras en un pozo, recuerda: no estás solo. Otros han estado allí antes y han visto la fidelidad de Dios. La pregunta no es si Dios te sacará, sino qué aprenderás mientras esperas pacientemente en Él.
¿En qué “pozo” te encuentras hoy? ¿Qué te ayuda a mantener tu esperanza en Dios mientras esperas? Me encantaría leer tus reflexiones en los comentarios.
Shalom!